El azabache es una piedra derivada del lignito, una piedra de carbón mineral que se forma por la compresión de material orgánico conocida como la turba. Esta se convierte en una sustancia desmenuzable de material vegetal. La variedad negra y brillante del lignito es de dura textura y se denomina azabache.
Este procede de una familia de árboles jurásicos que se extinguieron hace unos 60 millones de años, al mismo tiempo que los dinosaurios, según datos del primer estudio científico sobre el origen de este fósil de alto valor económico.
Tradicionalmente, hemos conocido el azabache como un material protector contra el llamado "mal de ojo”. No nos debe sorprender ni debemos dudar de esta energía llamada "mal de ojo", pues la interacción entre dos o más personas es un intercambio energético multidimensional continuo, es decir a diferentes frecuencias, tanto mediante los sentidos básicos (nuestro voz, nuestros oídos, nuestro olfato, etc.) como atreves de los chakras. Es decir, no solo interactuamos e intercambiamos energías a nivel físico solamente, sino que al mismo tiempo interactuamos con nuestros cuerpos etéricos, mental, emocional y espiritual.
El azabache, al igual que muchas otras piedras preciosas y semi-preciosas (o cristales de cuarzo) cumplen el propósito de aumentar nuestras energías y protegernos de energías extrañas, pues sus vibraciones trabajan con el fenómeno conocido como dispersión.
La Mano Shamanica proviene de vetas de azabache de las profundidades del Amazonas, talladas por un sanador waika montadas en una finísima montura de autentica plata 900, elaborada por un maestro orfebre. La combinación del azabache con la plata, multiplica su energía protectora.